Asistimos a un periodo de la Historia en el que, tras la pérdida de los viejos asideros que construyeron las sociedades premodernas y consolidaron las modernas, el solucionismo tecnológico se ha convertido en la respuesta frente a la sensación de orfandad de las sociedades modernas. La Humanidad, sobrecogida por el periodo de pandemia, ha encontrado abrigo en la magia digital, en los algoritmos, en la “inteligencia” artificial, abriendo las puertas a una sociedad algorítmica que lo permea todo.
Los datos, la energía que mueve al mundo, penetran en nuestro modus operando y vivendi, con una impronta en el mundo jurídico innegable. Manifestaciones digitales en todas las áreas sociales y jurídicas se multiplican, y la industria digital avanza veloz.
Se hace imprescindible responder jurídicamente, analizando la protección de los derechos digitales, los límites a la penetración imparable de la inteligencia artificial, así como conocer las técnicas que están teniendo un efecto expansivo en la Justicia, alterando principios, incorporando protagonistas nuevos, pero sobre todo vulnerando derechos. Es imprescindible conocer para responder ante este reto tecnológico mágico con tanto impacto en la Justicia.